La contaminación del aire es uno de los principales problemas
ambientales que
repercuten en la salud pública y en los ecosistemas, tanto en México
como en
otras partes del mundo.
Históricamente, la mala calidad del aire en las ciudades ha sido una
situación
compleja de controlar debido a la gran cantidad y variedad de fuentes
emisoras
que existen, así como al transporte y la transformación de los
contaminantes en la
atmósfera.
Para medir la contaminación del aire es indispensable contar con
sistemas de
medición y programas adecuados de monitoreo atmosférico bajo esquemas
uniformes de operación que cuenten con un sistema de aseguramiento y
control
de calidad.
El objetivo de realizar estudios de monitoreo de la calidad del aire es
obtener
información sobre las concentraciones de los contaminantes criterio en
un tiempo
y zona determinados, así como identificar cuáles son las fuentes que la
generan.
Asimismo, los resultados de dichos estudios permiten comparar las
concentraciones obtenidas con las Normas Oficiales Mexicanas en materia
de
calidad del aire. Además, representan información útil para la toma de
decisiones
y para generar y evaluar políticas en materia de calidad del aire.
La contaminación hídrica se entiende como la acción de introducir algún
material en el agua alterando su calidad y su composición química. Según la
Organización Mundial de la Salud el agua está contaminada “cuando su composición
se haya modificado de modo que no reúna las condiciones necesarias para el uso,
al que se le hubiera destinado en su estado natural”. El agua que procede de
ríos, lagos y quebradas es objeto de una severa contaminación, muchas veces
producto de las actividades del hombre.
El agua es un elemento esencial de la naturaleza, contribuye al
bienestar general del hombre, de los animales y de las plantas. Es uno de los
pocos elementos sin los cuales no podría mantenerse la vida en el planeta.
Los residuos de plástico que son arrojados al mar matan a un millón de
animales al año. La contaminación de pozos y acuíferos tiene consecuencias
perjudiciales para la salud humana y degradan el medio marino. Muchos animales
marinos y aves mueren al tragar desechos que flotan, porque creen que es
comida.
Los ríos y mares poseen una elevada capacidad de reciclarse a sí mismos.
Las bacterias que componen el agua descomponen los desechos orgánicos, que
alimentan a peces y plantas. Gracias a su actividad estos seres vivos hacen que
el oxígeno y el carbono retornen a la biosfera.
Existen varias fuentes de contaminación hídrica a causa de actividades
domésticas, industriales o agrícolas.
Ríos y canales son contaminados por los desechos del
alcantarillado, residuos industriales, detergentes
y pesticidas que se escurren en tierras agrícolas.
A medida que crecen las poblaciones, se complican los ciclos ecológicos
de las aguas. Los habitantes de zonas urbanas descargan sus residuos en ríos
que en muchas ocasiones no son depurados y
las industrias liberan sin control sustancias que las bacterias son
incapaces de eliminar.
Otro gran problema del agua es el mal uso que se le ha dado. Se utiliza
agua potable para regar sembrados, para disfrute y recreación, y para diversos usos domésticos e
industriales. Se olvida muchas veces, que este es un recurso no renovable y
vital para el hombre y los seres vivos.
Principales contaminantes del
agua
·
Los agentes patógenos: algunas bacterias, virus y parásitos,
provenientes de desechos orgánicos, entran en contacto con el agua.
·
Los desechos que requieren oxígeno: algunos desperdicios pueden ser
descompuestos por bacterias que usan oxígeno para biodegradarlos. Cuando
existen grandes poblaciones de estas bacterias pueden llegar a agotar el
oxígeno del agua, matando toda la vida acuática.
·
Las sustancias químicas inorgánicas como los ácidos y los compuestos de
metales tóxicos envenenan el agua.
·
Las sustancias químicas orgánicas
como el petróleo, el plástico, los plaguicidas y los detergentes amenazan
la vida en el agua.
·
Los nutrientes vegetales pueden ocasionar el crecimiento excesivo de
plantas acuáticas. Estas mueren y se descomponen agotando el oxígeno del agua y
provocando la muerte de varias especies marinas.
·
La mayor fuente de contaminación proviene de los sedimentos o materia
suspendida que enturbian el agua.
·
El aumento de la temperatura disminuye la cantidad de oxígeno en el
agua, vulnerando la supervivencia de los organismos acuáticos.
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